domingo, 11 de diciembre de 2011

Bienvenido a bordo

Cuánto más estrecha sea la perspectiva desde la que escribo, con más autoridad me expreso.  Que no nos engañemos, el verdadero tema de La Sevilla del guiri, soy yo.  El contraste cultural es sólo una forma de poner límites a la materia.

En Positiva, he escrito sobre la cuestión de tener un tercer hijo cuando la edad de la madre potencial es un factor riesgo.  El artículo tomó la forma de un diálogo entre sólo dos actores (mi mujer y yo), lo cual limitó el tema bastante, pero aun así me parecía demasiado vasto.  Las conversaciones que mi mujer y yo habíamos tenido sobre el asunto habrían llenado docenas de páginas.  Como es habitual, el contraste cultural me sirvió para reducir la materia a algo razonable para un texto de 900 mil palabras.

En mi escritura, siempre seré el querido número uno.  A este querido nunca le voy a matar.  Perdería ambos mi ancla y mi timón.  Lo de ser guiri, en La Sevilla del guiri, o lo de ser escritor, en este blog, son mi propulsión.  Apoyándome en ella, marco mi rumbo para el bien o para el mal.  Los queridos a los que mato son el lastre que suelto para mantener el barco a flote.

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